«Si analizas una molécula de clorofila, obtienes ciento treinta y seis átomos de hidrógeno, carbono, oxígeno y nitrógeno relacionados de un modo preciso y complejo alrededor de un anillo central. En el centro del anillo hay un único átomo de magnesio. Ahora bien, si quitas ese átomo de magnesio y en su lugar exacto colocas un átomo de hierro, obtienes una molécula de hemoglobina.» [1]
lunes, 7 de agosto de 2017
ANNIE DILLARD
«Si analizas una molécula de clorofila, obtienes ciento treinta y seis átomos de hidrógeno, carbono, oxígeno y nitrógeno relacionados de un modo preciso y complejo alrededor de un anillo central. En el centro del anillo hay un único átomo de magnesio. Ahora bien, si quitas ese átomo de magnesio y en su lugar exacto colocas un átomo de hierro, obtienes una molécula de hemoglobina.» [1]
A LA MANERA DE "EL ROTO"
«Seguramente lo pensó Andrés Rábago, "El
Roto":
"Los trenes
chocaban,
lo hacían incluso
en las propias estaciones,
pero los políticos
nunca iban dentro."
(EFE)
Mientras tanto, no debemos
perder la esperanza de mirar al mar.»
miércoles, 3 de agosto de 2016
UNOS DÍAS EN BARCELONA
(RAMBLA CATALUÑA)
«¿Hay un observatorio astronómico instalado en Passeig de Gràcia 71?»
(PASSEIG DE GRÀCIA 71)
(CARRER DEN ROBADOR)
(CARRER DE SAN GIL)
«El día siempre comienza con
una gimnástica actividad limpiadora, casi desenfrenada, pero silenciosa; no
conviene despertar aquello que dormita.
Hay algunas actividades mercantiles de
mañana que conducen hacia el paseo de los mayores:
Las menos son lejanas, como la
obligada visita a la panadería para reponer despensa:
(TURRIS-GRAN DE GRÁCIA)
Las más son de proximidad, de mercado,
aliñadas de pernil y kalamatas:
(MERCAT DE SANTA CATERINA)
Todo lleva a un lento café del Passeig Sant
Joan, al agua de coco, al callejeo ensombrecido de Sant Pere, el abrazo de los
muros, el frescor de los portales minúsculos o el hedor de las clavegueras al
cruzar.
(CARRER DE LES MOSQUES)
Después, tras el descanso eterno, el paseo vespertino al caer el sol,
junto al calentar de las piedras, el amor de los ladrones de Énard y el abrigo de balcones.»
(JUEGOS DE BALCÓN)
(CARRER DEN ROBADOR)
(TRAS LA SIESTA)
«Para este instante, aunque los
pasos nos lleven a la alegre lejanía donde encajamos cualquier nueva pieza
geográfica del puzzle, el aire nos ofrece cuatro lugares a visitar por este
orden:
1.
La ternura de las fotos de Vivian Maier [1]
2.
La máquina de pensar de Ramon Llull en el CCCB, con o sin Víctor
Imperial [2]
3.
La luz de Anthony McCall [3]
4.
La Dinastía Ming [4]
Si acaso una advertencia. El
Ayuntamiento de Barcelona ha decidido este año mantener el brutal pago en los parquímetros
durante el mes de agosto. El Caixa Forum no tiene aparcamiento y obliga a
utilizar las zonas verdes o azules. Ello implica que mientras el acceso a las
exposiciones no cueste más allá de tres euros, usando un simple carné de
biblioteca, el gasto en aparcamiento pueda exceder de once euros, si se
pretende ver las exposiciones Ming y Halsman con alguna serenidad. El acceso en
transporte público es igualmente torpe por idéntica mezquindad municipal,
siempre que se pretenda evitar la subida desde la Plaza de España a cuarenta grados
a la sombra. La opción más aceptable es acercarse al Mercat de Sant Antoni, en
Comte Borrell con Tamarit, y tomar la línea 13 TMB que tiene parada frente al Caixa
Forum.
No sabemos qué atenciones
sociales pretende acoger Ada Colau con semejante medida de aparcamiento en
agosto, pero ha destrozado así el acceso cultural a dicho centro, provocando un
coste tonto e innecesario, pues todo hay que decirlo.
Finalmente, podemos deslizarnos
hacia el Poble Sec, visitar San Pablo del Campo o tomar tarta en
el "Café Cometa" [5].»
jueves, 21 de enero de 2016
SEMEJANZAS
(THE LIGHT)
(KENNETH MUNOWITZ)
(img_ajimenez_20160110-205144_
imagenes_lv_propias_ajimenez_ana59-kwiG
-U301325869600jgH-992x558@LaVanguardia-Web)
miércoles, 30 de diciembre de 2015
jueves, 22 de octubre de 2015
EMPLEOS MISERABLES
(Santa Eulalia de Abamia)
«Luisa es panadera.
Trabajaba en una gran superficie, una enorme superficie en la que importa poco
si uno es pescadero, panadero o reponedor. La acaban de despedir. La contratan
por periodos de tres meses, contratos inmorales e indecentes de tres meses generados
bajo la reforma laboral de esa ministra innombrable que recuerda siempre a Millán,
el de “Martes y Trece”. Luego, la dejan un mes en la calle, como si estuviera
de vacaciones sin sueldo, en una condición miserable y, si procede, al cabo de un
tiempo la vuelven a contratar de la misma forma, bajo la misma indecencia, tres
meses sin más.
El ministro Guindos
(de), del que, lamentablemente, ya tuvimos que hablar aquí hace algún tiempo[1],
ha tenido el cinismo de decir hoy que los resultados de la Encuesta de Población
Activa del tercer trimestre son incluso mejores que los que había vaticinado su
ministerio. Es un empleo de mierda que el señor ministro considera excelente.
Hace unos días el
Tribunal Supremo anuló el despido de una pescadera provocado por la indecencia
de otra gran superficie, por la indecencia de Mercadona. Al parecer, la
empleada había tenido el atrevimiento de regalar una pescadilla a una cliente,
en lugar de tirarla a la basura, aunque la vergüenza e indecencia de Mercadona también
sabe a ciencia cierta que una gran cantidad de personas desamparadas se la
disputarían entre tal basura al final del día.
Algunas veces incluso
los ministros bobos, de voz gangosa, tendrían que tener la decencia y
oportunidad de callarse la boca. Alguien les callará la boca próximamente,
vamos a callarles la boca de una vez y para siempre, pero durante los últimos
cuatro años han arrasado con todo, dejando un rastro podrido, como el de la
pescadilla de Mercadona que corresponde al departamento de eso que se llama “recursos
humanos” en toda gran superficie.
Luisa preparaba y
cortaba mi pan y la han echado a la calle.
Era panadera en una
gran superficie.»
sábado, 28 de marzo de 2015
COMO UN DESIERTO
(El Palmar)
(18-02-2015)
«Brazos
pequeños.
Mis
manos
acogen
mis muñecas:
las abrazan
Son
pequeñas.
No se
corresponden
con
todo lo vivido
para
quien resta
muy
poco por vivir.
No leo
nada,
no
investigo nada:
prevengo
mi ausencia,
organizando
mis lágrimas
que son los riegos,
aunque
muy poco.
Labores
de orden,
sin
ningún sentido
y
finalidad incierta.
Alcanzo
la mitad.
No
puedo dormir
después
del mediodía,
mientras
permanezco,
hasta
entrada la noche,
amarrado
a asuntos tenues,
azorado por algún porvenir,
limitado
por mi conciencia,
tan
atormentada.
Sólo
el desconcierto,
el
abandono,
la
apatía.
No
estoy atribulado.
¿O sí?
Estoy
casi vacío,
Como un
desierto.»
r
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