(El Palmar)
(18-02-2015)
«Brazos
pequeños.
Mis
manos
acogen
mis muñecas:
las abrazan
Son
pequeñas.
No se
corresponden
con
todo lo vivido
para
quien resta
muy
poco por vivir.
No leo
nada,
no
investigo nada:
prevengo
mi ausencia,
organizando
mis lágrimas
que son los riegos,
aunque
muy poco.
Labores
de orden,
sin
ningún sentido
y
finalidad incierta.
Alcanzo
la mitad.
No
puedo dormir
después
del mediodía,
mientras
permanezco,
hasta
entrada la noche,
amarrado
a asuntos tenues,
azorado por algún porvenir,
limitado
por mi conciencia,
tan
atormentada.
Sólo
el desconcierto,
el
abandono,
la
apatía.
No
estoy atribulado.
¿O sí?
Estoy
casi vacío,
Como un
desierto.»
r